domingo, 31 de mayo de 2015

CITAS [4!] Fahrenheit 451

Como todavía me estoy pensando si hacer la reseña de este libro o no (me da pereza y no tengo nada nuevo que aportar al mundo, excepto enseñaros el trailer de la película de 1966; canela en rama, chavales), aquí os dejo algunas de las citas que más me han gustado de la lectura. Iba a incluir algunas de los dos relatos cortos que traía mi edición pero al final he decidido que no (total, el que venga aquí sólo estará interesado/a en las del libro que da título a la entrada). La verdad es que los relatos, El parque de juegos y Y la roca gritó, me han gustado más que la novela. El primer relato quizá no demasiado, pero el segundo me ha enamorado.

Por cierto, yo me cago en los estadounidenses por usar Fahrenheits como medida de la temperatura. ¿No pueden usar los Celsius, hostias? ¿Tienen que complicarme la vida con un millón de haches? ¿Siempre tienen que salirse del tiesto y del Sistema Internacional de Unidades (como con las millas... ¿tan difícil es medir en kilómetros?)? Y también maldigo a Fahrenheit. ¿No podía ponerle a su unidad de medida Gabrieles o Danieles (por falta de nombres, no sería)? Ya lo odiaba en Física y Química en Secundaria, pero después de leer este libro creo que he aborrecido esa palabra para siempre.


Fahrenheit 451, de Ray Bradbury

# ¿Cuándo comenzó todo esto, te preguntas, este trabajo, cómo se organizó, cuándo, dónde? Bueno, yo diría que comenzó realmente en la llamada Guerra Civil. Aunque según nuestro reglamento fue fundado antes. Pero en verdad no progresamos hasta que apareció la fotografía. Luego las películas cinematográficas, a principios del siglo veinte. La radio. La televisión. Las cosas comenzaron a ser masa
» [...] Y como eran masa, se hicieron más simples - dijo Beatty -. En otros tiempos los libros atraían la atención de unos pocos, aquí, allá, en todas partes. Podían ser distintos. Había espacio en el mundo. Pero luego el mundo se llenó de ojos, y codos, y bocas. Doble, triple, cuádruple población. Películas y radios, revistas, libros descendieron hasta convertirse en una pasta de budín, ¿me entiendes?
» [...] Píntate la escena. El hombre del siglo XIX con sus caballos, sus carretas, sus perros: movimiento lento. Luego, el siglo XX: cámara rápida. Libros más cortos. Condensaciones. Digestos. Formato chico. La mordaza, la instantánea.
» [...] Los clásicos reducidos a audiciones de radio de quince minutos; reducidos otra vez a una columna impresa de dos minutos, resumidos luego en un diccionario en diez o doce líneas. Exagero, por supuesto. Los diccionarios eran obras de consulta. Pero muchos sólo conocían Hamlet [...], muchos, repito, sólo conocían de Hamlet un resumen de una página en un libro que decía: «Ahora usted puede leer todos los clásicos. Lúzcase en sociedad». ¿Comprendes? Del jardín de infancia al colegio, y vuelta al jardín de infancia. Ése ha sido el desarrollo espiritual del hombre durante los últimos cinco siglos.
» [...] Cámara rápida, Montag. [...] Resúmenes, resúmenes, resúmenes. ¿La política? Una columna, dos frases, un titular. Luego, en pleno aire, ¡todo desaparece! ¡Las manos de los editores, explotadores, directores de radio bombean y bombean, y la mente del hombre gira con tanta rapidez que el movimiento centrífugo lo libra de todo pensamiento inútil, de días y días malgastados!
» [...] Se abreviaron los años de estudios, se relajó la disciplina, se dejó de lado la historia, la filosofía y el lenguaje. Las letras y la gramática fueron abandonadas, poco a poco, poco a poco, hasta que se olvidó por completo. La vida es lo inmediato, sólo el trabajo importa. Divertirse, sí, pero después del trabajo. ¿Por qué aprender algo salvo apretar botones, insertar llaves, ajustar tornillos y tuercas?
» [...] La cremallera reemplazó al botón, y el hombre no tiene tiempo para pensar mientras se viste a la hora del alba, una hora filosófica, y por lo tanto una hora melancólica.
» [...] La vida se redujo a ruidos e interjecciones, Montag. ¡Sólo bum, pam y uf!
» [...] A ti te gusta el béisbol, ¿no, Montag?
» [...] Te gustan los bolos, ¿Montag?
» [...] ¿El golf?
» [...] ¿El baloncesto?
» [...] ¿El billar, el fútbol?
» [...] Deportes al alcance de todos, espíritu de grupo, diversión y no hay que pensar, ¿eh? Organizar y superorganizar súper superdeportes. Más impaciencia. Las carreteras llenas de multitudes que van a alguna parte, alguna parte, alguna parte, ninguna parte. El refugio de la gasolina. [...].

Cartel de la adaptación cinematográfica (1966).
# [...] Si no quieres que un hombre sea políticamente desgraciado, no lo preocupes mostrándole dos aspectos de una misma cuestión. Muéstrale uno. Que olvide que existe la guerra. Es preferible que un gobierno sea ineficiente, autoritario y aficionado a los impuestos, a que la gente se preocupe por esas cosas. Paz, Montag. Que la gente intervenga en concursos donde haya que recordar las palabras de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de los Estados, o cuánto maíz cosechó Iowa el último año. Llénalos de noticias incombustibles. Sentirán que la información los ahoga, pero se creerán inteligentes. Les parecerá que están pensando, tendrán una sensación de movimiento sin moverse. Y serán felices, pues los hechos de esa especie no cambian. No les des materias resbaladizas, como filosofía o psicología, que engendran hombres melancólicos. El que pueda instalar en su casa una pantalla de TV, y hoy está al alcance de cualquiera, es más feliz que aquel que pretende medir el universo, o reducirlo a una ecuación. Las medidas y las ecuaciones, cuando se refieren al universo, dan al hombre una sensación de inseguridad e inferioridad.

# - No hablo de cosas, señor. [...] Hablo del significado de las cosas. Estoy aquí y sé que estoy vivo.

# - Nadie escucha a nadie. No puedo hablarles a las paredes. Las paredes me gritan. No puedo hablar con mi mujer; ella escucha a las paredes. Quiero que alguien oiga lo que tengo que decir. Y quizá, si hablo bastante, adquiera sentido. Y quiero que usted me enseñe a comprender lo que leo.

# - [...] Las cosas que usted busca, Montag, están en el mundo; pero el 99% de los hombres sólo puede verlas en los libros.

# - Los que no construyen deben quemar. Es algo tan viejo como la historia o la delincuencia juvenil.

# - [...] el capitán pertenece al grupo de los más peligrosos enemigos de la verdad y la libertad, el sólido y terco rebaño de la mayoría. Oh, Dios, la terrible tiranía de la mayoría.

# - [...] No se puede obligar a la gente a que escuche. Se acercarán a nosotros cuando llegue la hora, cuando se pregunten qué ha pasado y por qué el mundo estalló en pedazos. No puede tardar mucho.

6 comentarios:

  1. Jajajaja a mi también me cuesta escribirlo... Es un poco como el apellido cumberbatch xD (lo sé, comparación estúpida).
    Fue de las primeras distopías que leí. A mi me gustó, aunque no he leído nada más suyo.

    Un beso*

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo a ese actor directamente lo llamo Sherlock Holmes de la BBC porque su apellido es imposible incluso para los mismos ingleses XD

      Eliminar
  2. La peli la vi hace muchísimos años y me había gustado mucho.
    El libro lo cogí hace menos, pero también lo disfruté a pesar de saber por dónde iba.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Confírmame una cosa que he visto en el trailer: ¿en la peli meten una historia de amor que no viene a santo de nada?

      Eliminar
  3. Pues a mi la peli me gustó yo creo que incluso más que el libro ;P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo la peli no la he visto aún, pero el trailer... Es que me partí de risa XD

      Eliminar

Ratones de biblioteca comentaron