He decidido ponerles títulos a los capítulos para hacer estas reseñas más poéticas. Éste podríamos títularlo "Capítulo 3: en el que Ava intenta hacerse la dura pero todos sabemos cómo va a acabar esto". Éste es el capítulo de relleno por excelencia (y que veremos repetido a lo largo de la novela cada vez que follen y a ella le entre el cargo de conciencia es un suponer, porque no me lo he terminado todavía). En el capítulo anterior, Ava se fue a su oficina toda indignada porque EL HOMBRE la ponía burraca, así que decide no trabajar para él y cuidar de su pepitilla ella sola. Como todos sabemos, esta decisión va a cambiar para el final del capítulo, pero con algo tendrá que entretenernos Jodi (JEM para los amigos).
Al principio de este capítulo, se nos presenta la flora y la fauna de la oficina de Ava. Patrick, un hombre casado que odia a su mujer y a su matrimonio pero que no se divorcia porque hay que cumplir con el estereotipo de hombre casado que no es feliz (no por su culpa, claro, siempre son las puñeteras mujeres, hombreporfavah). Lo peor es que Ava le baila el agua con el tema, cuando hay más probabilidades de que él sea un homófobo misógino gilipollas (por lo que habla) de que su mujer sea una arpía del Averno. Luego está el complemento de moda en esta clase de novelas: el gay. Ese ser místico besado por un unicornio que es un promiscuo de mierda y un superficial.
Mientras Ava está en el infierno su fantástica oficina, recibe una llamada en su teléfono personal. ¿De quién? ¡DEL HOMBRE! ¿Y cómo cojones ha puesto él su número ahí si ella no lo ha agregado? ¡Aaaaah, sabuesos! Eso es ya otro cantar. El cantar del acosador, más concretamente.
Un tío que coge, te desbloquea el móvil (bueno, suponer que Ava tiene clave para el móvil es de una fe religiosa, la verdad), añade su número y te fisga el teléfono, y encima luego te llama en plan "mira que listo soy", no es trigo limpio. Es un ACOSADOR (por favor, que alguien le mande un fax a Ava, ya que vive en la época de los videoclubs, y le avise, porque sola no se va a dar cuenta). Y para rematar la faena, lo ha hecho cuando ella estaba trabajando, poniendo en riesgo la carrera profesional de Ava. Tan enamorado no estará si le importa un pimiento que la despidan.
Después de una conversación de tira y afloja (trabaja para mí folla conmigo, no, déjame en paz, soy un ser libre e independiente tengo que hacerme la dura o creerás que soy facilona), Ava se va a comer con una amiga suya (no recuerdo si de la oficina o si surgió como una seta en la cafetería, la verdad), Kate. Así la describe nuestra amiga Ava:
"Kate es mucho más atrevida que yo. Le habría contestado algo sorprendente y sugerente y es probable que lo hubiese dejado boquiabierto. Esta chica podría competir con cualquier devoradora de hombres. Como es muy lanzada, los espanta a casi todos en la primera cita; sólo los más fuertes sobreviven. El pelo rojo y largo de Kate tiene tanta personalidad como ella. Es una mujer segura de sí misma, independiente y decidida."
Una de cal y otra de arena: guau, Kate, ojalá ser como ella y argh, Kate, esa chica que los tíos no tocarían ni con la mano de otro porque tiene "personalidad". Kate, el estereotipo de chica fuerte que necesita un macho que la dome.
A partir de aquí hay un agujero en mi memoria (y en mis notas). Juraría que en plena charla de "pasa de ese tío, tía, no te conviene", EL HOMBRE se planta en la cafetería porque le habrá puesto un microchip a Ava en la nuca mientras estaba distraida meando o mirándole los abdominales a través de la camisa. El caso es que se planta allí para acosarla un poco más. Ava dedica este encuentro a describirnos su ropa, una afición a la que le estoy cogiendo asco, y a compartir con nosotros otro nuevo súperpoder que ha adquirido: visión rayos X.
"Veo como le late el corazón a través de la camisa."
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La maestría literaria que maneja Jodi E. Maplas, la octava maravilla mundial. |
Pero, PERO, ojocuida'o, que ésta no es la única perla que encontramos en este capítulo. Antes marcharse, EL HOMBRE decide lanzarle a Ava una pregunta, crucial para la trama y el funcionamiento del universo (os recuerdo que están en una cafetería, un lugar público):
"- Antes de irte, dime una cosa, Ava, - [...] - ¿Cuánto crees que vas a gritar cuando te folle?"
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¿¡MANDE!? |
Lo mejor es que después de esta pregunta y un poco de sexting, Patética Ava acepta trabajar para él (técnicamente le dice que no le quiere ver y él acepta diciéndole que trabajará con su guardaespaldas en todo momento en vez de con él, pero me río yo de eso). MATADME.
IMPRESIONES: Todo este capítulo haciéndose la dura, diciendo que no va a trabajar con él y, en cuanto él le pide disculpas por el acoso (es que ella no es una cualquiera, ¿vale?), acepta trabajar para él y de noche. Aquí todos sabemos como va a acabar esto.